Israel Journal of Foreign Affairs, 2024, Vol. 18, No. 2, 1–22, https://doi.org/10.1080/23739770.2024.2386757

Por Kenneth Stein

Kenneth Stein es profesor emérito de Historia contemporánea de Oriente Medio, Ciencias políticas y Estudios de Israel en la Universidad Emory y presidente del Centro para la Educación de Israel con sede en Atlanta. Es autor de The Land Question in Palestine, 1917–1939 (1984) y Heroic Diplomacy: Sadat, Kissinger, Carter, Begin, and the Quest for Arab–Israeli Peace (1999). De 1982 a 2006, mientras enseñaba en Emory, fue asesor del expresidente Jimmy Carter en asuntos de Oriente Medio. Stein coescribió con Carter The Blood of Abraham (1984). Stein y Carter pasaron cientos de horas en discusiones privadas sobre Medio Oriente, incluidos tres viajes importantes a la región en la década de 1980. Justo después de la publicación de Palestina: Paz, no apartheid, de Carter, Stein renunció al Centro Carter y puso fin a su asociación con el expresidente.

La patología personal y de política exterior de Carter

Jimmy Carter es el expresidente que más tiempo ha sobrevivido en la historia de Estados Unidos. Fue el trigésimo noveno presidente y ocupó el cargo entre 1977 y 1981. Entre los catorce presidentes estadounidenses desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Carter es uno de los cuatro (Ronald Reagan, Bill Clinton, George W. Bush y Trump) que llegaron al poder con una experiencia limitada en política exterior. Cuando Carter entró en la Casa Blanca, sabía menos de asuntos internacionales que quizás cualquier presidente desde Calvin Coolidge (1923-1929). Sin embargo, hay que reconocerle que era muy hábil para captar los detalles y entender planes operativos intrincados; leía vorazmente y absorbía grandes cantidades de información con facilidad. Desafortunadamente, Carter solía ver las grandes cuestiones en blanco y negro. Tenía la mente aguda de un ingeniero y veía la mayoría de los proyectos como si tuvieran un principio, un medio y un final.

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