E.M. Epstein, The Political Significance of Land Purchases, JNF, circular informativa n.o 2/98, estrictamente confidencial, 1937: CZA/S25/10250
El Fondo Nacional Judío
(Jewish National Fund, JNF [Keren Kayemeth Liyisrael, KKL]), establecido en 1901, fue una de varias organizaciones que brindaban ayuda y alentaban la inmigración judía y el asentamiento en tierras en Palestina. Su objetivo principal era evaluar y adquirir tierras que pudieran ser utilizadas para crear asentamientos judíos rurales y desarrollar zonas urbanas. El Fondo participaba en la recolección de fondos en el exterior y, desde 1920 en adelante, participó de modo regular en los debates de la
Agencia Judía en torno a la Figura 1: Yehoshua Hankin era el agente de adquisición de 8erras más destacado adquisición de tierras para del Fondo Nacional Judío. (Fotogra@as de CZA) establecer un hogar nacional judío. Más de la mitad de las tierras que adquirieron los judíos antes de la Declaración de Independencia de Israel en mayo de 1948 pertenecía al KKL. En 1920, el KKL trasladó sus oficinas de Europa a Palestina. Algunos de sus agentes de adquisición de tierras eran autónomos, en tanto que otros trabajan de forma independiente para ellos mismos y para organizaciones judías de adquisición de tierras tanto privadas como públicas, como la Compañía de desarrollo territorial de Palestina (Palestine Land Development Company) y la Asociación para la colonización judía (Palestine Jewish Colonization Association).
El KKL celebraba reuniones periódicas donde se tomaban decisiones sobre qué tierras comprar, a qué precio y cómo recaudar los fondos necesarios. Los factores a tener en cuenta al adquirir tierras incluían la disponibilidad de agua, la ubicación en relación con las propiedades de los judíos presentes y futuras, las posibilidades de que un propietario de tierras pudiera sostener a un número determinado de agricultores inmigrantes judíos, la cantidad de campesinos árabes que habitaban el lugar y la velocidad a la que se podría realizar la venta. La junta directiva del KKL consistía principalmente de sionistas residentes en el exterior y políticos sionistas destacados que también ocupaban cargos en otras instituciones judías de Palestina. Por ejemplo, David Ben Gurión (quien más tarde sería el primer Primer Ministro de Israel), Moshe Shertok (quien más tarde se llamaría Moshe Sharett y sería el primer Ministro de Relaciones Exteriores de Israel) y Jaim Weizmann (quien más tarde sería el primer Presidente de Israel), participaban con frecuencia en las deliberaciones. Entre los miembros clave del KKL durante el Mandato se incluían, entre otros, a Menachem Ussishkin, Abraham Granovsky (Granott) y Yosef Weitz. Yehoshua Hankin fue el agente de adquisiciones más destacado de los que trabajaban para el KKL.
En las reuniones del KKL con frecuencia se compartía información y se formulaban estrategias basadas en el desarrollo de las condiciones políticas. Los lazos personales entre los miembros de diversas juntas y directorios servían para tener enlaces informativos útiles para la transmisión de información sobre las perspectivas y los obstáculos para la creación del hogar nacional judío. Había importantes diferencias de opinión en torno al ritmo al que debían realizarse las adquisiciones de tierra, las zonas del país donde convenía hacerlas y si se debía entrar en negociaciones antes de que estuvieran disponibles los fondos para consolidar una propuesta de adquisición de tierras. No obstante, estas diferencias por lo general desaparecían en tiempos de crisis, aunque fuera temporalmente, para mantener a flote el emprendimiento del asentamiento judío.
Eliahu Epstein (quien trabajó en el entonces recién formado Departamento del Medio Oriente de la Agencia Judía, luego fue el primer Embajador de Israel en los Estados Unidos y ante la Corte de St. James, y finalmente Rector de la Universidad Hebrea), tomó notas en la reunión de 1937 y las incluyó en la carta o informe que se presenta a continuación. Inmediatamente después de la propuesta británica en 1937 de dividir Palestina en dos Estados, uno árabe y uno judío, que fue rechazada como opción política un año más tarde, se convino dar forma a la estrategia de adquisición de tierras en medio de la violencia árabe-israelí. En ese momento, los sionistas a cargo de la toma de decisiones se vieron enfrentados a la violencia árabe, la oposición cada vez mayor a la presencia judía, la escasez de capital para adquirir más tierras y a la cantidad de ofertas sin precedentes provenientes de árabes en Palestina que querían vender porciones de sus tierras. Se tomaron decisiones acerca de qué tierras comprar y las iniciativas a emprender para recaudar fondos para lo que Ben Gurión denominaba el “rescate a la patria”.
Algunas de las compras más destacadas y tempranas que el KKL hizo a propietarios árabes (algunos de los cuales vivían fuera de Palestina) incluían las tierras agrícolas en el valle de Jezreel, antes y después de la Primera Guerra Mundial, y a lo largo de la llanura costera en Emek Hefer en 1930. A comienzos de 1930, las adquisiciones del KKL provenían cada vez más —y después principalmente— de propietarios y campesinos árabes, que debido al agravamiento de la pobreza vendieron sus tierras al Fondo. Estas ventas se realizaban directamente o a través de agentes intermediarios árabes o judíos, quienes por su parte reunían pequeñas parcelas para después agruparlas en otras más grandes y venderlas al KKL.
Tal como lo indica el informe Epstein, en diciembre de 1937 el KKL se había convertido en un foro de debate sobre la estrategia global presente y futura de adquisición de tierras. Los asistentes a la reunión tomaron en cuenta la política local árabe y las políticas británicas, la situación financiera del KKL y los cambios presentes y previstos en las políticas británicas. A pesar de que el KKL no tenía una influencia directa en las decisiones que los compradores privados tomaban en torno a sus adquisiciones, sus decisiones acerca de dónde comprar tuvieron efectos tanto sobre el precio de las tierras como sobre los compradores individuales. Al momento del informe, el KKL era propietario de aproximadamente un tercio de todas las tierras adquiridas por los judíos en Palestina. Los dos tercios restantes habían sido adquiridos por judíos independientes que invirtieron su propio capital en tierras, dejando entrever un compromiso personal con un nuevo futuro sionista.
Eliahu Epstein resumió los problemas y las perspectivas de la adquisición de tierras por parte de los judíos tras los embates de violencia árabe a mediados de los años treinta, y la reciente publicación del Informe Peel, la declaración de políticas británica, que sugería la división de Palestina en un Estado árabe y uno judío. El resumen de Epstein de la reunión especial organizada por el KKL revela que había más ofertas de venta por parte de árabes que fondos judíos disponibles para llevar a cabo las compras. Esta discrepancia permitió a los sionistas tomar decisiones vitales respecto de qué tierras se deberían adquirir. La tenencia de tierras por parte de los judíos era en sí misma importante, pero no tan importante como lo era adquirir tierras para satisfacer un requerimiento estratégico específico, y que la ocuparan inmigrantes recientes o futuros. El debate llevó a acuerdos sobre ambas prioridades, incluida la adquisición de tierras en el corredor que une a Jerusalén con Tel Aviv para conectar la presencia judía en Jerusalén con las zonas judías de la llanura costera, en el norte de Palestina cerca al puerto estratégico de Haifa y las tierras que estaban próximas a las cabeceras del río Jordán. La compra de tierras fuera de los límites del Estado judío propuesto se consideraba otra prioridad para poder establecer “hechos concretos sobre el terreno” e idealmente extender el inminente Estado judío. La política en evolución reforzaba el compromiso de ampliar los bloques contiguos de tierra en propiedad de los judíos en lugar de adquirir tierra desordenadamente a partir de motivaciones religiosas o políticas para establecerse en toda la Tierra de Israel. Los líderes sionistas que participaron en esta reunión estimaron que una vez que las tierras estuvieran aseguradas en manos de los judíos, los británicos podrían llegar a realizar enmiendas a las fronteras proyectadas para incluir dichas tierras dentro del Estado judío. Establecer hechos concretos sobre el terreno era una prioridad en la adquisición de tierras. Epstein resumió este debate de vital importancia. Su carta fue entonces enviada a los encargados de la toma de decisiones en Palestina y a algunos sionistas clave en el exterior, informándoles sobre las “políticas en torno a la tierra”. El conocimiento de que los árabes querían vender sus tierras tuvo tres consecuencias importantes: primero, reforzó el compromiso de los líderes sionistas de encontrar formas de adquirir tierras; segundo, permitió la toma de decisiones importantes sobre qué tierras se ajustarían mejor a las necesidades estratégicas del creciente hogar nacional judío; y, finalmente, fortaleció la resolución política sionista mundial al resaltar la contradicción entre las exigencias árabes públicas de detener el hogar nacional judío y el comportamiento árabe en privado. A los dos años de esta reunión, los británicos impusieron restricciones en la inmigración y la transferencia de tierras para el desarrollo del Estado judío. La prueba que surge de las actas de las reuniones del directorio del Fondo Nacional Judío de los años cuarenta indica que las ofertas árabes de vender no disminuyeron notablemente, permitiendo a los judíos elegir tierras en función de sus prioridades estratégicas.
–Ken Stein, abril de 2010.
Circular informativa n.o 2/98
ESTRICTAMENTE CONFIDENCIAL
Estimado señor:
La importancia política de la adquisición de tierras
Ya le hemos presentado a usted el hecho de que, tal como lo esperaba el Fondo Nacional Judío (KKL), los disturbios en Palestina han ocasionado un aumento considerable de las ofertas de tierras a la venta. En una reunión de la junta directiva celebrada el 6 de diciembre se presentó un informe en el que se mostraba que estas ofertas se estaban realizando a una escala sin precedentes desde la Guerra Mundial. De contar con los medios, se podrían cerrar contratos por 200 000 dunams en diversas zonas del país, tanto en las zonas de los proyectados Estados judío y árabe como en sus fronteras, con un compromiso por parte de los vendedores de completar la transacción en poco tiempo. De estas ofertas, se han examinado por lo menos 150 000 dunams y se han calificado como satisfactorias las tierras de la Alta Galilea, los distritos de Beit She’an, Acre, los Montes de Judea (el “corredor británico”) [la carretera de Jerusalén a Tel Aviv] y del sur. La adquisición de este territorio exigiría una suma adicional de 1 100 000 libras palestinas [por encima], por supuesto, del presupuesto normal del KKL.
En esta reunión de la junta directiva, el Sr. Ben Gurión resaltó la importancia política de la adquisición de tierras en la actualidad. Lo más probable sería que en caso de una partición, el plan de la Comisión Real se modificaría en forma positiva y negativa. Ciertas zonas de Galilea están en peligro, por lo que la adquisición de tierras que el KKL haga en este momento tendrá un valor adicional por encima de sus méritos inherentes. El Sr. Ben Gurión se refirió a esto como nada menos que el “rescate de la patria”.
En caso de que no se diera una partición, se podrían esperar más restricciones a la compra de tierras y esto probablemente afectaría a las regiones árabes donde los judíos todavía no mantienen una presencia. Era por lo tanto importante adquirir tierras ahora en las fronteras del proyectado Estado judío y en las regiones en las que todavía no se ha dado el asentamiento judío.
La junta dictaminó que se debían hacer todos los esfuerzos por adquirir tierras en esas zonas ya examinadas, que alcanzan los 150 000 dunams. Se destacó, no obstante, que la situación financiera actual del Fondo no permite la ejecución de este propósito. Los contratos actuales del Fondo conciernen a un área de 40 000 dunams, aproximadamente, para los que se requiere una inversión de 361 000 libras palestinas, de las cuales ya se han gastado 150 000, dejando un saldo de 211 000 libras palestinas pagadero en su totalidad durante el presente año de 1937. Se requiere de una inversión adicional de 33 000 libras palestinas para la compra de pequeñas áreas que permitirían completar ciertas propiedades. A estas inversiones se les debe agregar el costo de la parte que el KKL debe cubrir para el asentamiento inicial en las [recién adquiridas] tierras, así como los presupuestos para la protección de las tierras [existentes], forestación, mejoramiento, etc.
Por lo tanto, la suma total que el Fondo debe cubrir alcanza las 390 000 libras palestinas. Además, se deben pagar las obligaciones de este año, que alcanzan las 360 000 libras palestinas, es decir, que los compromisos financieros conjuntos del Fondo para 1938 alcanzan las 750 000 libras palestinas. Los ingresos de un buen año no superan las 350 000 a 400 000 libras palestinas netas (sin incluir las tierras obsequiadas). Por consiguiente, se necesita de una suma dos veces más grande que el ingreso esperado.
En estas circunstancias, y a pesar de que el KKL siempre ha considerado esencial por razones nacionales aceptar compromisos de compra de tierras aun cuando el costo supera su capacidad financiera inmediata, la dirección del KKL propuso la adopción de un programa mínimo de 43 000 dunams (además de los 40 000 dunams para los que se han firmado contratos). Esto representa una obligación adicional de 300 000 libras palestinas que se cubrirá como una circunstancia excepcional con medidas financieras especiales. Las tierras que se comprarán con dichos fondos estarán determinadas por las consideraciones políticas, en consulta con el poder ejecutivo sionista.
La junta estuvo de acuerdo con la propuesta antes citada, asumiendo que era improbable que el presupuesto ordinario del KKL pudiera proporcionar los fondos suplementarios. El Sr. Ben Gurión propuso que se celebrara otra reunión en torno al tema que contara con la participación del poder ejecutivo de la Organización Sionista, incluido el Dr. Weizmann.
Esta reunión conjunta se celebró el 12 de diciembre en la sede del KKL, después de presentarse un resumen del debate de la reunión anterior, en la que se recalcó la voluntad de los árabes de vender sus tierras debido al temor de que nuevos acontecimientos de carácter político pudieran tornarlas en tierras poco rentables, independientes de si se encontraban en el Estado árabe o judío, o debido a los pocos recursos financieros de los propietarios de las tierras, o por la aprensión de que se les pudiera impedir su venta por una ley de fecha posterior. El Sr. Ben Gurión recalcó nuevamente la necesidad política del pueblo judío de adquirir más tierras de la manera más rápida y a la escala más grande posible.
El Dr. Weizmann afirmó, ante la solicitud del Sr. Ussishkin de que diera su opinión, que las zonas de prioridad para la compra de tierras eran los límites septentrional y meridional del proyectado Estado judío. Consideró que esta partición sin duda ocurriría. Las fronteras definitivas aún no se habían establecido. Era imaginable que la adquisición y el asentamiento u ocupación de las tierras en las zonas que bordean las fronteras —según las delimitaciones actuales— del Estado judío podrían persuadir a la Comisión Woodhead (Comisión de límites) a ampliar esas fronteras. Este no sería el único factor determinante, pero sumado a los otros, sería influyente. Resaltó los límites septentrional y meridional porque le parecía que en esas zonas la posición era clara. Creía que la región del Negev no estaría incluida en el Estado árabe, y que en cambio estaría bajo el control británico. De hecho, un Estado árabe vecino se oponía a que un Estado árabe tuviera control del Negev.
En cuanto al “corredor”, afirmó que el estatus exacto de esta región aún era poco claro, por lo que era difícil sugerir qué plan de acción seguir para la adquisición de tierras en dicha zona. No obstante, se debía proseguir con la compra que la junta del KKL había decidido realizar: los cerca de 4 000 dunams de extensión en el estado del Kiryath Anavim.
Otros exponentes apoyaron la opinión de que nuestra tarea más importante en este momento era asegurar territorios en las zonas que bordeaban las fronteras del proyectado Estado judío. Esta política fue promovida independientemente de cuál pudiera ser el resultado de la recomendación de la Comisión Real. El Sr. Shertok, por ejemplo, afirmó que no excluía la posibilidad de que el plan de partición no se llegara a adoptar, en cuyo caso podríamos vernos confrontados con restricciones rigurosas para la adquisición de tierras. En ese caso, nuestra mejor política era, igualmente, centrarnos en las tierras en zonas en donde no teníamos ninguna presencia o donde esta no estaba bien establecida. Opinó que las restricciones, si se llegaban a imponer, o cuando fueran impuestas, recaerían en zonas en las que no teníamos una presencia, en lugar de en las zonas en las que ya éramos propietarios de una parte más o menos sustancial de la tierra.
Se presentaron algunas propuestas al KKL para la adquisición de tierras en los alrededores mencionados. No obstante, los presentes enfatizaron que si no se contaba con medios superiores a los que el poder ejecutivo o el KKL podían ofrecer, no se podía hacer un avance verdadero. En vista de que, a causa de la situación política, sería necesario ocupar y asentarse en las tierras adquiridas ahora, por lo menos de forma parcial, el Keren Hayesod [la rama financiera de la Agencia Judía] tendría que participar en el plan. Ni el Keren Kayemeth ni el Keren Hayesod podían en este momento ocuparse de otra campaña de recaudación, pues esto simplemente desviaría fondos de un propósito a otro. Se llegó al acuerdo general de que era fundamental buscar recursos nuevos, y que esto solo se podía lograr emprendiendo una campaña intensiva dirigida a un contado grupo de personas. Se creía, y en esto el Dr. Weizmann estaba de acuerdo, que había ciertos individuos quienes, de ser contactados por la persona indicada, estarían dispuestos a contribuir con una suma importante al “rescate de la patria”, en las palabras del Sr. Ben Gurión. Por supuesto, era necesario movilizar a las personas indicadas para contactar a estos individuos, y se tendrían que dedicar exclusivamente a esta tarea. El Dr. Weizmann está dispuesto a unirse a ellos más adelante.
Hay que aclarar que la adquisición de estas tierras debía ocurrir en cuestión de meses, a más tardar en el transcurso de un año. Esto implicaba reunir los fondos más rápidamente. Asimismo, se recalcaba y concordaba en la posibilidad y el deseo de animar a las personas privadas a adquirir tierras conforme al plan actual.
El debate concluyó con el nombramiento de un subcomité para el propósito de analizar las formas y los medios para obtener los fondos adicionales necesarios. En este respecto, se mencionó la posibilidad de adquirir un préstamo, bien sea de fuentes externas o un “préstamo interno”. El comité está constituido por las siguientes personas en representación del poder ejecutivo, el KKL y el Keren Hayesod: el Dr. Weizmann, los Sres. Ussishkin, Ben Gurión, el Dr. Granovsky, el Sr. Kaplan, el rabino Berlin y el Dr. Hantke. El comité ya se ha reunido.
Al comunicar esta información exclusivamente para el conocimiento personal, tal vez sea innecesario señalar que el esfuerzo adicional que se contempla solo puede ser efectivo si los fondos para el programa actual de llevar a cabo otras adquisiciones están disponibles en su totalidad, a saber, las 750 000 libras palestinas. Las actividades actuales del Fondo para cumplir con las obligaciones que ya ha adquirido y de realizar las compras concertadas deben, obviamente, continuar con el mayor grado de intensidad posible, visto que será necesario acercarse a un número específico de personas para recaudar importantes sumas adicionales de dinero. Esta es la conclusión inmediata que se deriva de la situación que ha surgido.
Saludos desde Sion. Muy atentamente.
E.M. Epstein (Eliahu M. Eliath)