Pacto Nacional de la OLP
(Left to Right) Egyptian President Nasser, Saudi King Faisal and Yasser Arafat. Photo: Public domain.

Pacto Nacional de la OLP

(28 de mayo de 1964)

Consejo Nacional de Palestina. The Palestinian National Charter: Resolutions of the Palestine National Council. 17 de julio de 1968. MS. The Avalon Project. Yale Law School, New Haven.

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) se formó en mayo de 1964, adoptando el Pacto Nacional Palestino, o plan organizativo integral. La OLP revisó el Pacto en 1968 y lo ratificó con una Carta nacional. En abril de 1996, una serie de artículos de la Carta fueron revisados ​​nuevamente y en algunos casos anulados para adaptarlos al espíritu de los Acuerdos de Oslo de 1993 y sus apéndices, en los cuales la OLP e Israel finalmente se reconocieron mutuamente. Sin embargo, el sentimiento antiisraelí inherente a la Carta original continuó siendo parte de las actitudes de la OLP más allá de los acuerdos de 1993. Estos sentimientos negativos hacia Israel se enfatizaron aun con más intensidad en la Carta de Hamas escrita en 1988.

El contenido del Pacto Nacional de 1964 de la OLP y la carta de 1968 exigió la destrucción de Israel a través de la lucha armada, negó la legitimidad de cualquier presencia judía después de 1917 (la emisión de la Declaración Balfour) y caracterizó la presencia judía en Palestina / Israel como la “ocupación sionista”. El artículo 9 de ambos documentos reclamaba “La lucha armada como la única forma de liberar a Palestina. Por lo tanto, es la estrategia general, no simplemente una fase táctica”. Demandó el uso de la acción de comando por parte del pueblo palestino y sus partidarios. Los documentos se opusieron a los judíos como nación o derecho judío a un estado. En el Artículo 19, decía que “La Declaración Balfour, el Mandato para Palestina y todo lo que se ha basado en ellos, se consideran nulos y sin efecto (es decir, Israel y Jordania). Las afirmaciones de los lazos históricos o religiosos de los judíos con Palestina son incompatibles con los hechos de la historia y la verdadera concepción de lo que constituye un estado. El judaísmo, siendo una religión, no es una nacionalidad independiente. Los judíos tampoco constituyen una sola nación con identidad propia; son ciudadanos de los estados a los que pertenecen “.

El uso de la violencia y el terrorismo por parte de la OLP contra Israel y los judíos, así como su deseo de erradicar el estado judío fueron las razones principales por las que Israel se rehusó a negociar con la OLP hasta que esta abandonó el terrorismo y la lucha armada como una herramienta diplomática, y reconoció abiertamente el derecho de Israel existir; como lo hizo en 1993. Los secuestros de aviones, los ataques contra civiles israelíes, los ataques a través de la frontera, el asesinato de atletas israelíes en Múnich en 1972, y otros actos de esa naturaleza provocaron una profunda hostilidad por parte de los israelíes hacia la OLP y sus acciones. En los años setenta y principios de los ochenta, los primeros ministros israelíes Yitzhak Rabin y Menachem Begin se opusieron totalmente a tratar con la OLP debido a su historial de terrorismo y su intención de destruir a Israel. La OLP continuó usando términos degradantes hacia Israel, continuó sus ataques contra israelíes, y el tema de la eliminación de Israel continuó en el discurso público de los líderes de la OLP hacia fines de la década de los 80 y en la década de los 90 incluso luego del inicio de las negociaciones entre la OLP e Israel. El sentimiento anti-israelí del Pacto y la Carta continuó siendo un elemento central en el pensamiento de los líderes de la OLP. El líder de la OLP, Yasser Arafat, mientras contemplaba la idea de un acuerdo diplomático con Israel, declaró en noviembre de 1987 en “La Voz palestina en Argelia”:  “He dicho que cualquier nación que pierda la opción militar no merece vivir … Lo importante es continuar aumentando la fuerza de combate hasta que alcancemos un equilibrio militar estratégico con el enemigo israelí”. Y Faisal Husseini, un destacado líder de la OLP en Jerusalén, declaró el 9 de septiembre de 1996 en la televisión siria: “Todos los palestinos están de acuerdo en que los “límites justos” de Palestina son el río Jordán y el mar Mediterráneo … de manera realista, todo lo que se puede obtener ahora debe ser aceptado y que los eventos posteriores, tal vez en los próximos quince o veinte años, presentarían una oportunidad para realizar los límites justos de Palestina”. Cuando la Carta de la OLP define a Israel como la “ocupación de Palestina”, israelíes y otros interpretan que el reclamo de los palestinos en 2019 a ”poner fin a la ocupación, no se excluye la posibilidad de que esto no se refiera solo a la presencia de Israel en Cisjordania, la Franja de Gaza, los Altos del Golán y Jerusalén, tierras tomadas en la guerra de junio de 1967, sino también  a toda la tierra desde el río Jordán hasta el mar, como lo sugiere Faisal Husseini.

Finalmente, las intenciones de la OLP y su trayectoria política fueron definidas en torno a su líder, Yasser Arafat (1968-2004). Como autócrata populista, tejió su supervivencia en torno a las políticas de la OLP. Muchos le atribuyen el haber mantenido vivas las ideas del Pacto de 1964 y la ideología central de buscar la destrucción de Israel. Para todos los que lo admiraban o detestaban, existía un consenso de que para Arafat la autodeterminación palestina en última instancia era“la determino yo”. Palestinos notables han caracterizado a su gobierno, como “brutal”, ”autócrata” y de una ”corrupción inimaginable”. Edward Said, Al-Ahram Weekly, 13-19 de junio de 2002 y comentarios sobre su “coerción, patrocinio y represión directa”. Al-Ahram Weekly, 16-22 de agosto y 23-29 de agosto de 2011.

Ken Stein, mayo de 2019


 

Artículo 1: Palestina es la patria del pueblo árabe palestino; es una parte indivisible de la patria árabe, y el pueblo palestino es una parte integral de la nación árabe.

Artículo 2: Palestina, con los límites que tuvo durante el Mandato Británico, es una unidad territorial indivisible.

Artículo 3: El pueblo palestino posee el derecho legal a su patria y tiene el derecho de decidir su destino tras lograr la liberación de su país de acuerdo con sus deseos y plenamente por su propia decisión y voluntad.

Artículo 4: La identidad palestina es una característica auténtica, esencial e inherente; se transmite de padres a hijos. La ocupación sionista y la dispersión del pueblo árabe palestino, debido a los desastres que le acontecieron, no implican que este pueblo haya perdido su identidad palestina ni su pertenencia a la comunidad palestina, ni tampoco las anulan.

Artículo 5: Los palestinos son los ciudadanos árabes que residían normalmente en Palestina hasta 1947, independientemente de que fueran expulsados de ella o de que se hayan quedado allí. Toda persona que haya nacido después de esa fecha de un padre palestino ya sea dentro o fuera de Palestina también es palestina.

Artículo 6: Los judíos que habían residido normalmente en Palestina hasta el comienzo de la invasión sionista serán considerados palestinos.

Artículo 7: La existencia de una comunidad palestina y que esta tiene una conexión histórica, material y espiritual con Palestina son hechos indiscutibles. Es un deber nacional educar a cada palestino de un modo árabe revolucionario. Deben adoptarse todos los medios de información y educación con el fin de familiarizar a los palestinos con su país de la manera más profunda posible, tanto espiritual como material. Cada palestino debe estar preparado para la lucha armada y dispuesto a sacrificar su fortuna y su vida con el fin de recuperar su patria y lograr su liberación.

Artículo 8: Esta etapa de su historia, en la que el pueblo palestino vive ahora, es la de la lucha nacional (watani) por la liberación de Palestina. Por tanto, los conflictos entre las fuerzas nacionales palestinas son secundarios y deben terminarse por el bien del conflicto básico que existe entre las fuerzas del sionismo y del imperialismo, por un lado, y del pueblo árabe palestino por el otro. Sobre esa base, las masas palestinas, independientemente de que residan en la patria nacional o en la diáspora (mahayir), constituyen tanto las organizaciones como los individuos un frente nacional que trabaja por la recuperación de Palestina y su liberación a través de la lucha armada.

Artículo 9: La lucha armada es la única forma de liberar Palestina. Por tanto, esta es la estrategia global, no meramente una etapa táctica. El pueblo árabe palestino afirma su determinación absoluta y resolución firme de continuar su lucha armada y trabajar por una revolución popular armada por la liberación de su país y su retorno a este. También afirma su derecho a una vida normal en Palestina y a ejercer su derecho a la autodeterminación y a la soberanía sobre este país.

Artículo 10: La acción de comando constituye el núcleo de la guerra de liberación popular palestina. Esto requiere su intensificación, su carácter integral y la movilización de todos los esfuerzos populares y educativos palestinos, y su organización y participación en la revolución armada palestina. También requiere el logro de la unidad para la lucha nacional (watani) entre los diferentes grupos del pueblo palestino, entre el pueblo palestino y las masas árabes a fin de asegurar la continuación de la revolución, su intensificación y su victoria. Los palestinos tendrán tres lemas: la unidad nacional (wataniyya), la movilización nacional (qawmiyya) y la liberación.

Artículo 11: El pueblo palestino cree en la unidad árabe. Sin embargo, con el fin de contribuir al logro de ese objetivo, es necesario, en la etapa actual de su lucha, salvaguardar su identidad palestina y desarrollar su conciencia de esa identidad y oponerse a cualquier plan que pueda disolverla o perjudicarla. 

Artículo 12: La unidad árabe y la liberación de Palestina son dos objetivos complementarios y la consecución de cada uno de ellos facilita la consecución del otro. Por lo tanto, la unidad árabe conduce a la liberación de Palestina; la liberación de Palestina conduce a la unidad árabe; y el esfuerzo para conseguir un objetivo va a la par con el esfuerzo para conseguir el otro.

Artículo 13: El destino de la nación árabe y, de hecho, la existencia árabe en sí, dependen del destino de la causa palestina. De esta interdependencia nacen el afán y la lucha de la nación árabe por la liberación de Palestina. El pueblo de Palestina desempeña un papel de vanguardia en la consecución de este sagrado objetivo nacional (qawmi).

Artículo 14: Desde el punto de vista árabe, la liberación de Palestina es una obligación nacional (qawmi) e intenta repeler la agresión sionista e imperialista contra la patria árabe, y su objetivo es la eliminación del sionismo de Palestina. La responsabilidad absoluta de esta tarea recae sobre la nación árabe –sus pueblos y sus Gobiernos–, con el pueblo árabe de Palestina a la vanguardia.

Por consiguiente, la nación árabe debe movilizar todas sus capacidades militares, humanas, morales y espirituales para participar activamente junto al pueblo palestino de la liberación de Palestina. Se debe, particularmente en la etapa de la revolución armada palestina, ofrecer y suministrar al pueblo palestino toda la ayuda posible y apoyo material y humano, y poner a su disposición los medios y las oportunidades que le permitan seguir llevando a cabo su rol de liderazgo en la revolución armada hasta que libere su patria.

Artículo 15:Desde el punto de vista espiritual, la liberación de Palestina proporcionará a Tierra Santa un ambiente de seguridad y tranquilidad, que a su vez salvaguardará los santuarios religiosos del país y garantizará la libertad de culto y de visita a todas las personas sin discriminación de raza, color, idioma o religión. Por consiguiente, el pueblo de Palestina espera el apoyo de todas las fuerzas espirituales del mundo.

Artículo 16: Desde un punto de vista humano, la liberación de Palestina restituirá al individuo palestino su dignidad, orgullo y libertad. Por consiguiente, el pueblo árabe palestino espera recibir el apoyo de todos aquellos que creen en la dignidad del hombre y su libertad en el mundo.

Artículo 17: Desde un punto de vista internacional, la liberación de Palestina es una acción defensiva necesaria debido a las demandas de la defensa propia. Por consiguiente, el pueblo palestino, deseoso como está de la amistad de todos los pueblos, espera el apoyo de los Estados amantes de la paz y los amantes de la libertad a fin de restaurar sus derechos legítimos en Palestina, para restablecer la paz y la seguridad en el país, y para que su pueblo pueda ejercer su soberanía nacional y su libertad.

Artículo 18: La partición de Palestina de 1947 y la creación del Estado de Israel son completamente ilegales, independientemente del paso del tiempo, porque eran contrarios a la voluntad del pueblo palestino y a su derecho natural en su patria, y además incompatibles con los principios expresados en la Carta de las Naciones Unidas, en particular el derecho a la autodeterminación.

Artículo 19: La Declaración Balfour, el Mandato de Palestina y todo lo que se ha basado en ellos se considerarán nulos y sin efecto. Los reclamos de vínculos históricos o religiosos de los judíos con Palestina son incompatibles con los hechos de la historia y con la verdadera concepción de lo que constituye la condición de Estado. El judaísmo, al ser una religión, no es una nacionalidad independiente. Tampoco los judíos constituyen una sola nación con una identidad propia, sino que son ciudadanos de los Estados a los que pertenecen.

Artículo 20: El pueblo árabe palestino, que se expresa por medio de la revolución armada palestina, rechaza todas las soluciones que sean un sustituto de la liberación total de Palestina y todas las propuestas que apunten a la disolución del problema palestino o a su internacionalización.

Artículo 21: El sionismo es un movimiento político orgánicamente asociado con el imperialismo internacional y antagónico a todas las acciones para la liberación y a los movimientos progresistas del mundo. Es racista y fanático en su naturaleza, agresivo, expansionista y colonialista en sus objetivos, y fascista en sus métodos. Israel es el instrumento del movimiento sionista y la base geográfica para el imperialismo mundial, ubicado estratégicamente en medio de la patria árabe para combatir las esperanzas de liberación, unidad y progreso de la nación árabe. Israel es una amenaza constante para la paz en Medio Oriente y en el mundo entero. Puesto que la liberación de Palestina destruirá la presencia sionista e imperialista y contribuirá al establecimiento de la paz en Medio Oriente, el pueblo palestino busca el apoyo de todas las fuerzas progresistas y pacíficas, y las insta, independientemente de sus afiliaciones y creencias, a ofrecer al pueblo palestino toda la ayuda y el apoyo posibles para su lucha justa por la liberación de su patria.

Artículo 22: Las exigencias de seguridad y paz, así como las exigencias de derecho y justicia, requieren que todos los Estados consideren al sionismo un movimiento ilegítimo, que proscriban su existencia y que prohíban sus operaciones a fin de que puedan conservarse las relaciones de amistad entre los pueblos y pueda protegerse la lealtad de los ciudadanos a sus respectivos países.

Artículo 23: El pueblo palestino cree en los principios de justicia, libertad, soberanía, autodeterminación, dignidad humana y en el derecho de todos los pueblos a ejercerlos.

Artículo 24: Para la realización de los objetivos de la presente Carta y sus principios, la Organización para la Liberación de Palestina desempeñará su labor en la liberación de Palestina de conformidad con la Constitución de esta organización.

Artículo 25: La Organización para la Liberación de Palestina, representante de las fuerzas revolucionarias palestinas, es responsable del movimiento del pueblo árabe palestino en su lucha –para recuperar su patria, liberarla y regresar a ella, y ejercer el derecho a la autodeterminación en ella– en todos los ámbitos militares, políticos y financieros, así como para lo que pueda requerir el caso de Palestina en los planos árabe e internacional.

Artículo 26: La Organización para la Liberación de Palestina cooperará con todos los Estados árabes, con cada uno según sus posibilidades, y adoptará una política de neutralidad entre ellos a la luz de las exigencias de la guerra de liberación, y sobre esta base no intervendrá en los asuntos internos de ningún Estado árabe.

Artículo 27: El pueblo árabe palestino afirma la autenticidad y la independencia de su revolución nacional (wataniyya) y rechaza toda forma de intervención, de administración de su territorio por otro país y de subordinación.

Artículo 28: El pueblo palestino posee el derecho legal fundamental y legítimo de liberar y recuperar su patria. El pueblo palestino determina su postura frente a todos los Estados y fuerzas en función de la posición que estos adopten con respecto al caso de Palestina y a la dimensión del apoyo que ofrezcan a la revolución palestina para cumplir los objetivos del pueblo palestino.

Artículo 29: En la guerra de liberación, los combatientes y los transportistas de armas son el núcleo del ejército popular, que será la fuerza de protección para beneficio del pueblo árabe palestino.

Artículo 30: La Organización tendrá una bandera, un juramento de fidelidad y un himno, que se definirán de acuerdo con una reglamentación especial.

Artículo 31: El reglamento, que será conocido como la Constitución de la Organización para la Liberación de Palestina, se incorporará como anexo a la presente Carta y establecerá la forma en la que se constituirán la organización y sus órganos e instituciones, la competencia de cada uno de ellos y las exigencias de sus obligaciones en virtud de la Carta.

Artículo 32: Esta Carta no podrá ser modificada salvo por [el voto de] una mayoría de dos tercios del total de los miembros del Congreso Nacional de la Organización para la Liberación de Palestina [tomado] en una sesión especial convocada a tal efecto.