Damasco, diciembre de 1973– Kissinger rechazado por Assad: ‘Sr. Secretario, ¿ya es mi turno de hablar?
Fotografía: Henry Kissinger y Hafez al-Assad (diciembre de 1973) publicado en 1974, exclusivo para uso editorial.

Ken Stein, December 15, 2021

Expuesto entre el final de la guerra de octubre de 1973 en el Medio Oriente y la convocatoria a la Conferencia de Paz de Ginebra en diciembre de 1973, el Secretario de Estado de los EE. UU., Henry Kissinger, fracasó en convencer al presidente sirio Hafez Assad de asistir a la conferencia. Ambos se reunieron en Damasco el 15 de diciembre de 1973. Assad rechazó las súplicas de Kissinger. Kissinger creyó erróneamente que Siria asistiría a la Conferencia de Ginebra por la Paz en Medio Oriente. Él no se dio cuenta qué tan enfáticamente opuesto estaba el líder sirio a la colaboración clandestina del presidente egipcio Anwar Sadat con Estados Unidos e Israel solo por la retirada territorial israelí de las tierras de Egipto. Si nada equivalente hubiese sido planificado para que Siria gane la retirada israelí de los Altos del Golán, Siria no sería un aliado en el teatro egipcio-estadounidense. A un mes de haber comenzado la guerra, Kissinger estaba cautivado por la combinación de Sadat de usar la guerra para entrar a la diplomacia. Tras esta reunión de tres horas en diciembre, Assad dijo ‘no’ al recibir la invitación a la conferencia de Ginebra. Sadat no estaba decepcionado. Llevar a cabo una conferencia sin la presencia siria, significaba que Damasco no podría interponerse en la implementación de un acuerdo bilateral entre Egipto e Israel. Sadat podría repetir el mismo ejercicio en octubre de 1977 cuando dijo ‘no’ al ansiado deseo de Jimmy Carter de convocar una conferencia internacional por la paz en Medio Oriente: la misma razón para Sadat cuatro años más tarde, la ausencia de Assad en las negociaciones con otros significó la falta de un veto sirio a un esperado entendimiento bilateral entre Egipto e Israel sobre el Sinaí.  

En preparación a la visita de Kissinger a Damasco, la primera de un Secretario de Estado de EE. UU. desde que John Foster Dulles estuvo allí a principios de 1950, David Korn, el Director de Asuntos Árabes del Norte del Departamento de Estado de EE. UU. fue enviado a la capital siria para arreglar la logística y prepararse para las reuniones con Assad. Antes de ir a Siria, Kissinger se había reunido con Sadat en varias ocasiones, y el ímpetu para el tren de las negociaciones adquiría más velocidad. Kissinger creía que él podría sencillamente buscar a Assad en la estación, y que el presidente sirio podría subirse a bordo fácilmente. Los jordanos e israelíes ya eran pasajeros. Pero Kissinger no dimensionó que Assad estaba de mal humor respecto a las acciones de Sadat en los dos meses previos. Habían planificado la guerra juntos y fueron a la guerra contra Israel juntos, pero Sadat solo quería un éxito militar limitado contra Israel y restaurar el honor egipcio al capturar las tierras en el Sinaí. Assad quería todas las cuatro victorias árabes contra Israel; Sadat furtivamente contrarió a su aliado en la guerra. Sadat sabía que antes de la guerra se comunicaría con Kissinger para iniciar un proceso diplomático. Ahora viene el ingeniero del tren. Antes de que Kissinger se haya reunido con Assad, él creyó que Assad asistiría a la conferencia internacional propuesta. Para Kissinger las preguntas a ser respondidas eran primordialmente procesales: el tiempo de la conferencia, el contenido y la manera en la cual se enviarían las cartas de invitación a la conferencia, y cómo Assad proveería la “cobertura árabe” para el acuerdo de retirada pre negociado entre Egipto e Israel. 

En cuanto a Kissinger, recuerda Korn, el Secretario de Estado no estaba sujeto a una cautelosa auto evaluación de su competencia como negociador. Con calma, señaló a Korn que su “experiencia en las negociaciones de Vietnam lo calificaron para tomar estas negociaciones del [Medio Oriente]. Es mi destino”.  Korn pensó que las palabras “mi destino” de Kissinger eran ridículamente ostentosas que él casi estalló en risas. Tras un almuerzo organizado por el Ministro de Relaciones Exteriores sirio Khaddam, Kissinger reflexionó, “Es mi destino lo que me trajo a este lugar”. Kissinger no carecía de inmodestia. Él disfrutó esta oportunidad. Korn no era optimista en cuanto a que Assad obtenga un boleto de pase con Kissinger o sobre su predisposición de aprobarlo. Kissinger estaba por recibir una gran dosis de la realidad política de Assad. Durante la reunión del 15 de diciembre de 1973, Kissinger supo rápidamente que Assad no era como Sadat, Assad sería su propio ingeniero político. Como lo revela la transcripción de la reunión, Assad fue un oyente empático, un pensador estratégico, un líder que no sería arrasado por los vientos del cambio, si las decisiones políticas no servían antes de todo a los intereses geográficos nacionales de Siria, y un interés panárabe más amplio de liderar la política árabe. Assad puso al Kissinger “de Sadat” en su lugar, sabiendo plenamente que en algún momento más adelante en las negociaciones tras la guerra de octubre de 1973, Kissinger tenía que haber regresado a Damasco como lo hizo en primavera de 1974, y Assad sería el único foco de atención de Washington; entonces Assad discutió con Kissinger cada kilómetro y cada colina como parte de una retirada israelí que finalizó en mayo de 1974, el Acuerdo de Retirada Sirio-Israelí. Como lo haría durante sus treinta años como el presidente sirio “maquiavélico”, Assad marchó al son de su propia percusión, siempre concentrado en promover los intereses nacionales sirios. Assad obtuvo su primera dosis de Kissinger y quizás Kissinger aprendió una importante lección también: que un líder árabe no podría hablar por otro. En 1977-79, Carter también dependió bastante de Sadat, y descubrió que no podía hablar de parte de otros líderes árabes y sus intereses personales.

Ken Stein, December 2021

1. Ken Stein interview with David Korn, October 29, 1993, Washington, D.C.